FINCA PUNT

Existe una expresión en la cultura inmobiliaria estadounidense que define un tipo concreto de valor que puede ofrecer una propiedad. Se llama 'Sweat Equity' y básicamente es una referencia al tiempo, la energía, la creatividad y el trabajo que los propietarios invierten en su propiedad para subir el valor de su bien inmobiliario. No existe mejor ejemplo de este fenómeno que Finca Punt.

Los propietarios trabajaron con mucho esmero, creando espacios, paisajismo innovador, una piscina ovalada muy mona e incluso alojamiento alternativo sin la necesidad de pedir permiso al Ayuntamiento. Empecemos por la casa principal. Desde la terraza y el solárium, la costa mediterránea y el delta de l’Ebro se extienden en el horizonte. Hay una elegante y acogedora sala de estar de planta abierta, una cocina que se abre a un amplio y luminoso salón y una terraza acristalada que invita a pasar el día. Hay dos dormitorios, un despacho (que podría transformarse fácilmente en una tercera habitación) un baño y un gran lavadero-despensa que suman un total de 120m2. Luego llegamos a una de esas increíbles características de «capital de sudor», una cocina de verano totalmente equipada con comedor exterior y barbacoa que a su vez cae sobre una terraza elevada de madera con esa piscina tan acogedora, todo creado por la energía, la visión y el tiempo de los propietarios.
En la parte trasera de la casa principal, tenemos otro ejemplo de ingenio, un aparcamiento cubierto de 90m2 con un “container” reconvertido incorporado a la estructura que funciona como taller.

Ahora uno se dará cuenta de cómo el lansdscaping facilita los diferentes espacios que fluyen con gracia entre sí, pero hay un espacio en particular que representa la expresión más increíble de lo que realmente significa la equidad del sudor. Hay unos contenedores que se han adaptado para crear el chalet de invitados más bonito, con dos dormitorios, salón, cocina independiente y baño con su propio porche y zona de comedor interior a la sombra para comer al aire libre en una cálida tarde de verano. Las habitaciones de invitados están a la distancia justa de la casa principal, no demasiado lejos pero, lo que es igual de importante, no demasiado cerca. Todo parece conectado, pero también hay una sensación de espacio utilizado sabiamente. Y aunque la finca está muy bien hecha, no sólo se alimenta de la imaginación. También la alimenta el sol. Hay dos sistemas solares independientes, uno para el chalet de invitados y otro para la casa principal. Para el alojamiento de los huéspedes hay un sistema modesto pero adecuado, con calefacción por ventilador.

Para la casa principal, hay un potente conjunto de paneles solares con un ingenioso sistema que les permite girar para seguir la trayectoria del sol, que son un 40% más eficientes que los paneles fijos, un pequeño almacén independiente con un inversor moderno, baterías y un generador de respaldo que es silencioso como un ratón que, según la experiencia de los propietarios se ha usado muy poco. Hay una estufa de pellets moderna y una estufa de leña por convección para la calefacción de la casa principal. Y en cuanto al agua. Hay una cisterna de 22.000l que recoge el agua de lluvia.
La finca de olivos está muy bien cuidada, con el tamaño perfecto en sólo 1,7 ha fácilmente manejable con un poco de trabajo, pero no demasiado. La otra gran cosa acerca de esta propiedad es que se encuentra en un parque natural por lo que no puede haber ningún edificio o ningún cambio efectuado en el paisaje y eso es una buena noticia. Porque este paisaje que desciende hasta la costa y el azul del Mediterraneo crea un poema visual que se repite cada día y nunca se vuelve aburrido. Eso es algo que ni siquiera el sudor de la equidad puede crear. Y finalmente finca Punt no está tan lejos de la civilización, a sólo 8 kms de L'Ametlla de mar y la mitad de esa distancia a El Perelló. Básicamente una propiedad que hay que ver para creer. El único punto negativo es que no queda casi nada por mejorar.